Una joven de 20 años operada la madrugada del jueves en el hospital Señora de Regla de Baní, sin su consentimiento informado, ni el de su madre, hasta la tarde del pasado domingo no le habían mostrado lo que le fue extirpado.
Pasada la medianoche del jueves, indicó, un doctor de apellido Valdez informó que, al no tener un diagnóstico claro a las 7:00 de la mañana del jueves, le haría un examen a la joven para determinar en realidad qué tenía.
El especialista le garantizó, siempre de acuerdo con la madre, que no sería medicada ni le harían nada hasta la mañana siguiente, y le pidió dejar su número de teléfono para contactarla ante cualquier eventualidad.
Entonces, agregó, decidió irse y a los cinco minutos, todavía en el parqueo del hospital, el doctor Valdez “va y busca a mi niña y le dice que va para operación; la niña piensa que yo estoy afuera porque como fue tan rápido. Él se la llevó a cirugía, la operó, y todavía no sé de qué”.
La mujer dice que no fue llamada por teléfono para informarle, aunque su número lo pusieron en el récord y “el doctor me prometió que no le haría nada”. A la paciente no le permitieron tener teléfono en la sala, pero estaba en condiciones de llamar, según dicen. En la extensa narración de lo sucedido, señala que le dijeron que su hija hasta convulsionó y le pusieron sangre.
Luego, un camillero la llevó a la sala y gritó: “Esta muchacha no tiene familia”, a lo que una señora, no conocida por la madre, se ofreció a cuidarla.
La madre contó que llegada la hora acordada para el estudio, el doctor Valdez la llamó irresponsable, y le dijo: “Ahora es qué usted viene, ya su hija está operada”.
Ella le respondió: “Usted no es loco de haberla operado sin mi consentimiento”, y le reclamó que le mostrara lo que le extrajeron a su hija, pero de nada valió su reclamo. Le hablaron de un embarazo ectópico, es decir, cuando un óvulo fecundado se implanta y crece fuera de la cavidad principal del útero.
Hospital explica
La dirección del Hospital Nuestra Señora de Regla y personal médico actuante en el caso de la paciente Manuela González, de 20 años, informó que priorizó salvar la vida de la joven.
Reconoció que el protocolo establecido en la Ley General de Salud 42-01, sobre el Consentimiento Informado, antes de proceder a intervenir quirúrgicamente a la paciente, se desestimó debido a que su estado lo ameritaba para salvarle la vida.
El director de centro, José Lara, dijo que la joven llegó vía emergencia, con fuerte dolor abdominal y sangrado transvaginal. Tenía un embarazo de diez semanas de gestación.
Con ese diagnóstico, fue ingresada en área de maternidad, donde no se permite la presencia de familiares.